La "Nueva Tierra" del hombre nuevo
La persona que ofrece este libro no pretende expresar, con los diseños y las palabras, la Realidad experimentada en lo más íntimo de su ser, pero siente el deber de dar a conocer, en algún modo, lo que ha experimentado personalmente, advirtiendo al mismo tiempo la imposibilidad de describir y comunicar aquello de lo que ha tomado conciencia. El libro en la totalidad de su mensaje no quiere ser otra cosa que una llamada y un estímulo que puedan servir de guía en la búsqueda de la Verdad sugiriendo un itinerario en el camino del pensamiento hacia la reconquista explícita de sí mismo. La sola manera de comprender algo de la Realidad acerca de la que habla el libro es la de responder con la vida a su apremiante llamada. Los grabados y palabras empleados son puras indicaciones. La comprensión de la Realidad a que los diseños se refieren, de lo que significan, depende totalmente de la mente y alma del lector. El libro que tienes en tus manos quiere celebrar el misterio de Dios-Amor y tiene un solo objetivo: introducir al misterio, no explicarlo o penetrarlo. Invita a elevarse sobre las preocupaciones ordinarias de la vida y a situarse en una actitud de estupor y maravilla frente a nosotros mismos y al mundo…
La “Nueva Tierra” es, ante todo, un estado de conciencia superior al estado de este mundo; y los «hombres de la “Nueva Tierra”» son aquellas personas – sin distinción de edad, cultura, religión, raza, pueblo. etc. – que se encuentran en un grado de evolución humana que les hace capaces de alcanzar ese estado de conciencia superior. El hombre nuevo es el ser humano que, habiendo muerto a su “hombre viejo”, a los apetitos puramente naturales (ego), nacido de “voluntades”, por elección propia, re-nace, de la VOLUNTAD a la Vida sobrenatural.
La “Nueva Tierra” la lleva el ser humano en sí mismo y él la percibe y la disfruta cuando se identifica con la unidad de su naturaleza, la Naturaleza Humana, la cual está esencialmente unida con la Naturaleza Divina, el Unigénito, de quien es manifestación y en quien reside su verdadero Ser, el que “ES”